miércoles, 11 de mayo de 2011

La inmigración como arma

Hoy la prensa se ha hecho eco de las declaraciones de algunos de los inmigrantes que últimamente han llegado a la isla italiana de Lampedusa procedentes de las costas de Trípoli.  Presuntamente, el régimen libio los obligó a embarcar a punta de pistola.

Gadafi había amenazado a Europa con invadirla de inmigrantes subsaharianos si la UE intervenía en el conflicto libio y, al parecer, está cumpliendo su amenaza, pero ¿es ésta realmente grave? En otras circunstancias y en otro tiempo hubiera contestado que no, casi sin dudarlo. Obviando la tragedia humana en sí de quienes se ven obligados a emigrar bien por causas económicas o huyendo de un conflicto, la llegada de unos miles de inmigrantes no había sido hasta ahora algo que hubiera hecho temblar a toda Europa. Baste recordad las oleadas de inmigrantes subsaharianos que llegaron a las costas de las Islas Canarias hace unos pocos años. Cierto es que para España sí supuso un problema, una crisis que hubo que gestionar a varios niveles, desde dar atención a los llegados como llegar a acuerdos con países como Senegal para reforzar la cooperación en la lucha contra la inmigración ilegal. Pero para el resto de países europeos la crisis de los inmigrantes en España quedó en eso, en una preocupación local sin consecuencias para el resto de Europa.

Sin embargo, la gestión que Italia realizó ante la llegada de 20000 tunecinos a la isla de Lampedusa hace unos meses sí ha tenido repercusiones en el resto de la UE, hasta el punto de que si Gadafi cumple su amenaza de enviar oleadas de inmigrantes hacia Europa, haciendo pues de la inmigración un verdadero arma contra la UE, dicha acción pueda tener consecuencias devastadoras , como intentaré explicar a continuación.

La respuesta de Italia a la llegada de los 20000 tunecinos -una respuesta tardía al problema y en la que alguno podría ver hasta mala fe- está en consonancia con la política errática y de parcheado que en materia de inmigración ha venido manteniendo en los últimos años. Tras descartar en un primer momento la ayuda que la Agencia Europea de Fronteras (FRONTEX) le brindó, después se retractó y la solicitó. Solicitó también al resto de los socios de la UE que se repartieran la carga que suponían esos veinte mil tunecinos e intentó que se activasen todos los mecanismos previstos por la Unión para casos de afluencia masiva de inmigrantes - la Directiva de Permisos Temporales, creada a raíz de la guerra de Kosovo-. Ante el fracaso de tales intentos, el gobierno de Berlusconi decidió otorgar a los tunecinos llegados a Lampedusa un permiso de residencia temporal, haciendo que países como Francia o Alemania pusieran el grito en el cielo. ¿Por qué? Porque gracias al espacio Schengen y a la supresión de las fronteras interiores en la UE, Berlusconi al otorgar dichos permisos temporales de residencia acababa de dar a los 20000 tunecinos carta blanca para que pudiesen entrar en Francia -debido a la existencia de redes de amigos y familiares previamente instalados en este país-. Ante tal maniobra a Sarkozi no le quedó más remedio impedir la llegada a Francia de trenes desde Italia y pedir a la Comisión Europea que el espacio Schengen pueda quedar temporalmente en suspenso, volviendo a las fronteras interiores.

Algunos se preguntaran: ¿y es esto tan grave? ¿Son esas las consecuencias devastadoras que podrían tener las oleadas de inmigrantes enviadas por Gadafi? Pues sí. Desde que se creó en 1985, el espacio Schengen, la supresión de las fronteras interiores de la UE  y con algunos países no UE, como Suiza, ha sido clave en la construcción de lo que hoy entendemos como Europa. La libre circulación ha sido, como ha dicho la Comisaria de Interior Malmström, una de las mayores conquistas en la historia de la construcción europea. Sin embargo, esa conquista está ahora en peligro. La Comisión ha cedido a las presiones de Francia y de Italia -que no sólo se ha contentado con crear el problema, sino que además echa más leña al fuego- y ha aceptado que los países puedan suspender Shengen temporalmente. Si esto lo ha provocado la llegada de sólo 20000 inmigrantes, ¿qué pasará cuando esa cifra sea mayor? Pues es fácil de predecir: en una época de crisis económica como en la que estamos, esto va a dar alas a los partidos de ultraderecha que están proliferando en todos los países europeos y a los grupos antieuropeístas. Si se cierra el espacio único, si vuelven las fronteras interiores, ¿para qué una Unión Europea?

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. A esto me refería:

    http://www.elmundo.es/elmundo/2011/05/11/union_europea/1305123126.html

    Para ver el enlace, copiar y pegar en la barra de direcciones.

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